Piso radiante: ¿cómo realizar mantenimiento preventivo de este sistema?
Cada vez son más los proyectos en que se decide instalar piso radiante debido a la eficiencia
energética, el confort térmico, la discreción estética y la distribución uniforme del calor
que este sistema promueve.
Ahora bien, para que su funcionamiento sea óptimo, es fundamental tener en cuenta una serie
de recomendaciones al instalarlo y, una vez colocado, realizar un mantenimiento adecuado.
Cuando las acciones de mantenimiento del piso radiante no se ejecutan de manera correcta o
regular, la vida útil del sistema puede verse comprometida. Descubrí más en este artículo.
Las ventajas de mantener regularmente el piso radiante
El piso radiante es una solución de calefacción que emplea tuberías instaladas en la placa de
hormigón del piso de viviendas o edificios, a través de las cuales circula agua caliente. Así,
genera calor y lo irradia uniformemente por todos los ambientes, proporcionando una
sensación térmica confortable para los usuarios. Se trata de un sistema de calefacción
eficiente, silencioso y estéticamente atractivo.
El uso de agua aumenta la probabilidad de que aparezcan microorganismos que, con el pasar
del tiempo, pueden generar lodo, sedimentos, algas y otros materiales que obstruyen las
tuberías.
Aunque el piso radiante es un circuito cerrado —que, a diferencia de circuitos abiertos, limita la
suciedad y previene una contaminación masiva del agua—, es indispensable realizar
mantenimientos periódicos para alargar la vida útil del sistema y garantizar su eficiencia
energética.
En este sentido, mantener el piso radiante de forma adecuada permite:
● Mantener una temperatura confortable
● Ahorrar energía
● Evitar el exceso de humedad
● Asegurar su eficiencia
● Garantizar la sostenibilidad
5 acciones contempladas dentro del mantenimiento preventivo de piso radiante
Dentro del mantenimiento preventivo de este tipo de sistemas, podemos encontrar diferentes
acciones. Ejecutar cada una de ellas de manera regular es clave para asegurar el óptimo
funcionamiento de la solución.
Verificación de la presión y calidad del agua
Una vez que comienza su ciclo operativo, el agua de los sistemas de calefacción tiende a
decantar todo tipo de impurezas, volviéndose cada vez más apta para este tipo de
soluciones. Por lo tanto, no es necesario cambiarla con frecuencia.
Sin embargo, es aconsejable verificar periódicamente la presión de agua y colocar algún
elemento filtrante, como desfangadores.
Ahora bien, si la zona posee agua muy dura o con altos niveles de minerales corrosivos, llenar
el sistema con agua tratada es una buena alternativa.
Revisión de la temperatura del agua
Por otro lado, es importante controlar la temperatura del agua a fin de constatar que se
encuentre dentro de los rangos esperados.
Si la temperatura es muy alta o muy baja, el consumo energético puede verse afectado, así
como el funcionamiento de la caldera y el confort térmico de los usuarios.
Revisión de las tuberías
Otra de las acciones clave en el mantenimiento preventivo del piso radiante tiene que ver con la
verificación de las tuberías, los purgadores, las conexiones y las válvulas para ver si
existe algún tipo de daño.
A su vez, es necesario revisar los caudalímetros a fin de asegurar que la cantidad de agua
que circula por las tuberías es la adecuada y está equilibrada.
Control de fugas y filtraciones
Cualquier fuga en las tuberías puede causar daños en el suelo e impactar negativamente en el
rendimiento del sistema.
Por lo tanto, el mantenimiento preventivo debe verificar si existe alguna filtración y repararla
de inmediato para evitar mayores complicaciones.
Mantenimiento del sistema de caldera
Dado que el piso radiante está conectado a una caldera que suministra el agua caliente al
sistema, es fundamental realizar un mantenimiento regular de estos equipos.
Esto incluye diferentes acciones, como controles eléctricos, mecánicos y de gas, calibración y
limpieza, entre otros.
¿Cada cuánto se debe hacer un mantenimiento del
sistema?
No existe una única manera de responder a esta pregunta, ya que la periodicidad recomendada
depende de diversos factores, entre los que se encuentran el uso que se haga del sistema, su
antigüedad y la calidad del agua de la zona.
No obstante, en líneas generales se recomienda que el mantenimiento preventivo se
realice de manera anual, justo antes de que empiece la temporada invernal. De esta
manera, es posible identificar cualquier eventual fallo antes de utilizarlo, prolongando su vida
útil y asegurando el bienestar térmico de los usuarios.
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